¿Sobrevivirías al Juego del Calamar con tus compañeros de trabajo?

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El trabajo colaborativo, la empatía y no subestimar a los integrantes del equipo por su género o edad son algunas de las lecciones que deja la serie surcoreana en el ámbito laboral.

La trama, los efectos, el suspenso y la naturaleza humana que sale a relucir en cada uno de los nueve capítulos de ‘El Juego del Calamar’ (Squid Game) hizo que la serie surcoreana se convirtiera en tendencia, desde el 17 de septiembre que se lanzó en Netflix.

Hoy se mantiene como una de las series favoritas de los usuarios de la plataforma de streaming. En México, pasó de 100,000 a un millón de búsquedas en Google, según la herramienta de Google Keyword Planner. Y en el resto del mundo las búsquedas ya se contabilizaban por varios millones.

Con sus escenas, ‘El Juego del Calamar’ sacudió el mundo del entretenimiento y dejó reflexiones en cuanto al sistema o las finanzas, aunque también tiene muchas similitudes con el ámbito laboral.

La primera analogía es que un empleo es como el enigmático juego al que se entra para obtener una remuneración económica, además de emocional. Puede parecer una comparación dramática, pero los niveles de ansiedad y estrés están creciendo en el ámbito laboral. Actualmente, el 65% de los empleados se siente angustiado e irritable, el 63% tiene ansiedad, el 51% falta de motivación, el 48% sufre de insomnio, al 40% se le dificulta concentrarse y el 30% padece depresión, según el estudio ‘Estrés laboral en México’, que la Asociación de Internet MX y OCC Mundial presentaron el 28 de septiembre y en el que encuestaron a 10,829 trabajadores a nivel nacional.

Sergio Porragas, vicepresidente de Capital Humano de la organización y director de Operaciones de la bolsa de empleo, comenta que la falta de control sobre los métodos y horarios, las jornadas fuera de lo establecido, el liderazgo inapropiado, la poca flexibilidad, supervisión inadecuada y mala comunicación en el entorno es lo que detona un desfavorecedor clima organizacional.

Todo esto se ve en ‘El Juego del Calamar’: 456 personas cohabitan en un mismo espacio para ganar dinero porque están viviendo al límite, con deudas que no pueden pagar. Por su propia voluntad aceptaron ser parte del juego, aunque por momentos se muestran indecisos entre renunciar o quedarse.

Al igual que en la vida laboral, los jugadores pactan alianzas entre sí, deben ser estratégicos para resolver problemas lógico-matemáticos, hay complicidad en ciertos grupos, dilemas morales y presiones que hacen caer a algunos de los miembros del equipo.

Sin embargo, ¿se puede sobrevivir al juego? ¿Crees lograrlo con tu equipo de trabajo actual? Roberto Báez, especialista en comunicación estratégica y CCO de Headline PR & Comms, dice que la clave está en las células ágiles.

Las células de trabajo son un modelo organizacional que se utiliza para motivar al talento, fomentar el liderazgo y aumentar la flexibilidad. Las conforman máximo diez colaboradores, quienes son los responsables de un proyecto en particular. El juego de la cuerda que se muestra en la serie es un ejemplo de ello, aunque su éxito está determinado por la correcta mezcla de habilidades que hay en el equipo.

“Es necesario definir lo que se necesita, contar con un plan de trabajo que permita dimensionar los roles que van a conformar la célula, los recursos que se requieren, así como el número de sprints o entregables”, explica Fabio Zapata, director ejecutivo de Page Consulting Latam.

Cuando la planeación no es la adecuada, agrega, la ejecución puede llegar a ser más compleja y puede que el funcionamiento de la célula no sea el óptimo. Uno de los errores más comunes en la conformación de una equipo es desconocer la magnitud del proyecto.

Las lecciones que deja ‘El Juego del Calamar’

Hay varios aprendizajes que la serie surcoreana de Netflix plantea para la construcción de un clima organizacional favorable, desde la atracción de talento, relevancia del liderazgo y compañerismo, hasta la convivencia efectiva de diferentes generaciones para el cumplimiento de un proyecto. Báez los acota en cinco puntos:

El trabajo en equipo. Es una herramienta muy útil para enfrentar cualquier reto. Cuando hay una situación de crisis, la colaboración y aporte de diversas ideas, con base en las fortalezas de cada persona, es una buena estrategia para llegar a una mejor solución. Esto se vio cuando los personajes de la serie formaron una barricada para protegerse de los demás. También cuando una de las participantes se dio cuenta de que no podía sobrevivir si actuaba en solitario.

La empatía. Aún nos cuesta trabajo pensar en los demás para poder construir relaciones laborales más sanas. En la serie, no hacer caso a las opiniones de los compañeros, romper las reglas en beneficio propio y no ser empáticos con algunos jugadores derivó en un mal resultado.

Los incentivos. Ofrecer incentivos relevantes para atraer y retener al talento. En la serie más allá del dinero, tener una segunda oportunidad en la vida era el incentivo para muchos de los jugadores. En el mundo laboral es importante identificar el motor que mueva a la persona para continuar en un trabajo.

El liderazgo. Dadas las características del juego, los líderes privilegiaron sus oportunidades para sobrevivir y sacar provecho a la situación. En el trabajo, los logros se dan en equipo y el líder no es el protagonista de la historia, sino el que guía y desarrolla a los demás.

La diversidad. Una lección importante es no subestimar a los miembros del equipo, cada uno de ellos -sin importar género, edad, características físicas o raza- tiene un valor importante qué agregar. Hoy, una de las cualidades que más benefician a un equipo de trabajo es la diversidad de perfiles, en todos los sentidos.

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